viernes, 9 de diciembre de 2011

“NEGRA MI ALMA, NEGRO MI CORAZÓN!

Voy a escribir la historia del club relacionada a mi familia con la esperanza de que no se me terminen los sinónimos de amor y pasión.
Hoy “El Negro”, quizás ya personificado por muchos, cumple 90 años como institución deportiva, aparentemente en sus comienzos y por lo que su nombre indica su principal actividad era el ciclismo olímpico, que según tengo entendido se practicaba en ese predio de la Ameghino.
Hay algunas fotos antiguas en las que solo se puede distinguir el playón, que aún esta y que fue escenarios de varios eventos sociales de La Banda,  obviamente no se lo puede separar de la historia de la Ciudad. El Vals característico referencia a las trenzadas con los de Tiro, ineludiblemente esa es los bandeños.
Quizás allá hace 90 años mi abuela paterna ya se dedicaba a participar de los eventos sociales, donde vestían sus mejores ropas participando de esos emblemáticos carnavales de organdí.
Volviendo en el tiempo un poco mas aquí ya me imagino a mi viejo, seguramente por la proximidad del club y mi casa debe haber vivido muchas tardes de basket, de futbol, también, porque no y seguramente ahí ya fue aprendiendo y a la vez formando un sentimiento, queda trillado decir “un sentimiento inexplicable” pero me esta costando tratar de argumentarlo en estas palabras.
Mi viejo, reconocido personaje del club, es así, característico como los hombres que pertenecen a la historia del Olímpico, es pasional, impulsivo, desaforado, luchador.  Se me vienen tantos nombres y caras de ese tipo de protagonistas, algunos están y otros ya no, pero son rememorados en cada situación difícil y en cada alegría. Así, obviamente entre situaciones de cal y de arena se va gestando ese club, que tiene un pedazo del corazón y de la historia de cada habitante de la ciudad, épocas de oro y épocas de malas, renaciendo constantemente para ser canal de nuestra pasión.
Siguiendo en este viaje temporal ya comienzo a hablar en si de mi sentimiento y de mis recuerdos, obviamente lo sentimental y pasional ha sido heredado por sangre y cultivado en el día a día por mi Papi, actualmente a la distancia esas mismas sensaciones no se han disminuido, todo lo contrario, se intensifican constantemente.
Por eso cada vez que vuelvo al “club” y camino por él rememoro las tardes que con mis hermanos aprendíamos a nadar en una pileta, que para nosotros, niños, era casi la mas grande del universo, en ese contexto hicimos amigos, compañeros de travesuras y hasta comenzamos a formarnos como personas, a través del deporte y fuimos creciendo afianzando los lazos dentro de la institución.
Sigo recordando y me acuerdo haber visto espectáculos increíbles dentro del Vicente Rosales, no solamente deportivos, sino musicales, teatrales y culturales, ni hablar de los carnavales, que también eran un evento increíble,  por eso reitero que no podemos separar la historia de La Banda con la historia de Olímpico.
Podría seguir infinitamente contando anécdotas de nuestras vidas pero no me alcanzaría el tiempo,  destaco por ejemplo enseñar a mi sobrino tirar al aro y que se aprenda todos los nombres del plantel campeón del TNA 2008 sin si quiera saber pronunciar su nombre.
Olímpico es eso, familia, pasión, amor, euforia, recuerdos inolvidables y esencia. Es un corazón aguerrido que constantemente va en contra de la adversidad, embanderado en el coraje y la impulsividad del sentimiento.
Felices 90 años, que sean millones más para que sigas con tu escuela de pasión llenando el alma de los Bandeños. Que mis lágrimas a la distancia se conviertan en abrazos para cada uno de los que hicieron historia en tu vida.
Gracias Viejo por heredarnos este sentimiento, como reza nuestra bandera.

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